¿Sabían que hay algo más complicado aún que no saber si vas
a poder vivir sin una persona?
Si, darte cuenta de que podes vivir sin ella. Darte cuenta
de que seguís respirando, comiendo, caminando, durmiendo, despertando; Que la
alarma sigue sonando, las horas siguen corriendo, los días siguen pasando, los
meses vuelan y cuando te quisiste dar cuenta, ya cambiaste de año. Que las
personas siguen siendo lo que eran, que las mentiras siguen siendo mentiras, y
las verdades siguen siendo verdades. ¿Por qué es más difícil? Porque todo sigue
igual. El mundo no deja de girar.
Todo sigue igual. Todo, excepto que vos no vas al ritmo del
mundo, aunque le quieras hacer creer que si. Porque al final de cada día, antes
de irte a dormir, sentís un escalofrío, unas cosquillas en la espalda (muy
diferentes a las cosquillas en la panza). Cada tanto se te cae una lágrima sin
razón aparente. Cada tanto se te escapa su nombre en cualquier conversación sobre
cualquier cosa. Cada tanto, cada poco, al menos una vez por día, pensás en él,
pero te parece natural, y también te parece natural ignorar ese pensamiento.
Ignorar ese pensamiento, y las trescientas cuarenta y cuatro pseudo señales que
se te presentan día a día de que: HOLA, TE ESTAS EQUIVOCANDO Y LO ESTAS
EXTRAÑANDO.
Porque siempre es más fácil olvidarse de que en algún
momento, creyeron no poder vivir separados; obvio, si todo sigue igual aunque él
no este. Todo, excepto esa tristeza que se ve en tus ojos atrás de todas las
cosas, personas y situaciones vacías, carentes de sentimiento, amor, pasión,
con las cuales intentas tapar lo que realmente te pasa, porque ya metiste la
pata, y es más fácil concentrarse en que el mundo sigue girando, que en pararlo
un segundo, bajarte de la vorágine de toda esa gente que sigue dando vueltas en
círculo, y escuchar eso que te esta haciendo ruido, y dejar de callarlo para
seguir el ritmo que se te impone.
Porque quizás, ni te das cuenta de lo que está pasando.
Porque no es tan fácil como yo lo cuento, ahora, después de varios meses de
ignorar señales, de dejar caer lagrimas sin razón, de tapar tristezas con
situaciones vacías. Quizás ni te das cuenta de que falta en tu vida, porque todavía
no te diste cuenta de que no podes levantar el teléfono como si nada, y “hola
mi amor, ¿cómo estás? ¿Cómo estuvo tu día? Nos vemos? Dale, chau, te amo”.
No, quizás todavía no te diste cuenta de que estas viviendo
sin él. Quizás no lo exteriorizarte, pero claro que internamente, si sabes. Si
sabes que dejaste ir al amor de tu vida pero que ya no podes volver atrás y
borrar lo que hiciste mal. Y por eso la lagrima. Y por eso las señales
ignoradas. Y por eso tapas la tristeza. Porque es más fácil. Es más fácil vivir
con la tristeza de haber roto tu foto preferida, que ponerte a arreglar lo que
rompiste.
Pero ¿Vivir con el peso de la angustia y la tristeza, de la
ausencia de alguien tan esencial en vos, que vos misma provocaste, es vivir?¿Es
la vida que imaginaste al menos, la que querés?
Definitivamente, es mucho mas complicado darme cuenta de que
puedo vivir algún tipo de vida sin vos… pero no se si es la que quiero. No se
si quiero.
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