Quizás debí haber intentado una vez más.
Quizás no supe distinguir entre amor propio y orgullo. Quizás, esa vez, tu reacción
estaba perfecta, y solo esa vez debí haber agachado la cabeza y pedir perdón,
no todas las anteriores. Quizás debí haberte escuchado cuando me dijiste (con muchísima
razón): “Por favor, nosotros tenemos
que estar juntos porque nos amamos”. Quizás no me esforcé lo
suficiente. Quizás estaba un poco cansada de escuchar que “era la última vez”
para esa actitud, y nunca lo era.
Quizás debiste haber intentado una vez más.
Quizás no supiste distinguir entre amor propio y orgullo. Quizás, mi reacción
estaba perfecta, y por lo menos esa vez debiste haber agachado la cabeza y
pedir perdón, como no hiciste en todas las anteriores. Quizás debiste haberme escuchado
cuando te dije (con muchísima razón) que “es
de cobarde largar todo por un error”. Quizás no te esforzaste lo
suficiente. Quizás estabas un poco cansado de mis errores, y mis intentos
fallidos de remediarlos insistentemente.
Quizás tu carácter no estaba bien.
Quizás si no fuera por tu actitud, indiferente, no estaría escribiendo esto.
Quizás si no fuera por esa actitud, ahora estaríamos dándonos todo el amor que
nos tenemos. O quizás si no fuera por esa actitud, nunca me hubiera dado
intriga conocerte. Quizás si no fuera por esa actitud, nunca me hubiera
enterado de cuanto te amaba.
Quizás esa actitud no
era el problema. Quizás el problema fue no darme cuenta. Quizás el problema fue
pensar que tu carácter era el problema, y el mío estaba bien.
Quizás mi carácter no estaba bien.
Quizás si no fuera por mi actitud, insistente, no estaría escribiendo esto. Quizás
si no fuera por mi actitud, ahora estaríamos dándonos todo el amor que nos
tenemos. O quizás si no fuera por mi actitud, nunca me hubiera dado
intriga conocerte. Quizás si no fuera por mi actitud, nunca me hubiera enterado
de cuanto te amaba.
Quizás mi actitud no era el problema. Quizás no hubo
problema. Quizás nos inventamos un problema. Quizás lo hubo y lo olvide.
Quizás
debí haberlo olvidado en el momento que lo inventamos. Quizás debiste haberlo
olvidado en el momento que lo inventamos.
Quizás no debimos
haber olvidado que era imposible estar separados.
Quizás cuando
se empieza a pensar, hay un culpable. Quizás cuando se sigue pensando, se
encuentra otro culpable. Quizás no haya culpables. Quizás seamos los dos. Quizás
cuando empecé a escribir esto no sabía que iba a terminar descubriendo, que
quizás el error fue creer que el otro tenía la culpa. Quizás el error fue creer
que queríamos más que el otro.
¿Quizás el error fue amarnos?… no, definitivamente
no. Definitivamente, quizás, casi seguro, el error fue olvidar que nos amábamos.
Quizás nunca
encontremos cual fue la razón, problema. Pero quizás ahora tengamos un problema
aún mayor. Quizás ahora tenemos todo para recordar lo que olvidamos, y no lo
estamos haciendo. Quizás tenemos miedo. Quizás el miedo es infundado. Quizás yo
tengo más miedo a vivir sin vos que a tener que volver a escribir una lista de
hipótesis de por qué no funcionó. Quizás no tenga que volver a escribirla.
Quizás esta vez sea para siempre. Quizás no. Quizás tengamos volver a
arreglarlo, y empezar de nuevo. Quizás ahora podemos empezar de nuevo. Quizás
estemos acostumbrados a tomar con la cabeza decisiones que se toman con el
corazón. Quizás podamos revertirlo. Quizás no quieras. Quizás si.
Definitivamente
yo si quiero. Definitivamente, te espero. Definitivamente, te entiendo.
Definitivamente, me quedo en esta postura.
Definitivamente, estamos unidos,
atados, destinados, condenados, el uno al otro.